RESPIRACIÓN EN LOS SERES VIVOS

TEMAS DE LA UNIDAD

1. Respiración en los seres vivos.

2. Sistema respiratorio humano.

PARA PENSAR. 

De acuerdo con los planteamientos de las teorías de la evolución del ser humano, la producción y emisión de sonidos fuertes y claros que dieron paso al acto de hablar y comunicarnos con otros seres implicó algunos cambios y adaptaciones del sistema respiratorio, como los siguientes:

  • La laringe aumentó de tamaño y, a diferencia de los demás mamíferos, cambio su posición a la altura del cuello.
  • La cavidad oral se acortó
  • La lengua engrosó y se proyecto hacia atrás.
  • Los pulmones expulsaron un volumen de aire proporcional a la longitud de aire proporcional a la longitud de las frases pronunciadas.

PARA RESPONDER

  • Según el texto, ¿qué relación existe entre la respiración y el acto de hablar.
  • Actualmente, la era de la informática nos invita a permanecer por largos periodos de tiempo sentados frente a un computador. ¿Será que este tipo de comportamiento disminuirá más la capacidad respiratoria del ser humano en el futuro? Explica.
  • Si fueras un gobernante con la misión de mejorar  la capacidad respiratoria de los ciudadanos ¿que propuestas realizarías y cómo las llevarías a cabo?

Como resultado de la nutrición, las células de un organismo, ya ser unicelular o pluricelular, captan nutrientes con dos objetivos claramente establecidos: utilizarlos como materia prima en la construcción y reparación de su cuerpo y producir la energía necesaria para sus actividades. La respiración es el principal mecanismo utilizado por los seres vivos para alcanzar este último objetivo.

La respiración es el proceso mediante el cual la mayoría de seres vivos oxidan los alimentos (es decir, los fragmentan gracias al oxígeno), para liberar la energía que contienen y utilizarla en la realización de sus funciones vitales. Debido a que en este proceso se incorpora oxígeno y se elimina dióxido de carbono, la respiración también se define como el intercambio de gases entre el organismo y su ambiente.

A lo largo de esta unidad se estudiará cómo se realiza la respiración o intercambio de gases en los seres vivos de los reinos mónera, protistas, hongos, vegetal y animal, iniciando por el proceso a nivel celular.

La respiración celular.

Los nutrientes están constituidos por moléculas que almacenan energía en las uniones de sus átomos. Por esta razón se afirma que los nutrientes almacenan energía química. Para que los nutrientes, especialmente los carbohidratos -como la glucosa- y los lípidos, liberen la energía, se requiere romper las uniones entre sus átomos. El proceso de rompimiento de estas moléculas ocurre dentro de las mitocondrias de las células de los organismos y se conoce como respiración celular. La energía liberada queda "almacenada" temporalmente en moléculas de ATP (Adenosintrifosfato), que las células emplean para llevar a cabo sus funciones vitales, como por ejemplo dividirse, crecer o mantenerse. La energía restante es liberada en forma de calor.

Esta ruptura de nutrientes y liberación de energía puede ocurrir con consumo o sin consumo oxígeno.

A los organismos que emplean el oxígeno para liberar la energía contenida en los nutrientes, se les llama aerobios o de respiración aeróbica como por ejemplo, los seres humanos (figura 1). A os organismos que pueden obtener energía de los nutrientes en ausencia de oxígeno, como alguna bacterias, se les denomina anaerobios o de respiración anaeróbica.

Intercambio de gases en los seres vivos.

La forma de intercambiar gases con el ambiente varía según el tipo de organismo, el medio en que este vive y el mecanismo de respiración utilizado.

En eco sistemas acuáticos se encuentran disueltos en el agua gases como oxígeno, nitrógeno, dióxido de carbono y amoniaco. El oxígeno y el dióxido de carbono son los principales gases implicados en el proceso respiratorio y los diferentes tipos de organismos poseen estructuras que hacen posible el intercambio de estos gases.

En el caso de los unicelulares, los gases se intercambian con el ambiente a través de la membrana celular por el proceso de difusión (desde una zona de mayor concentración a una zona de menor concentración), mientras que en organismos más complejos, como los animales, existen órganos y sistemas especializados.

Respiración de móneras a hongos.

Los móneras, que abarcan a todas las bacterias, emplean los mecanismos más diversos para liberar la energía contenida en aquello de lo que se alimentan. Existen bacterias aeróbicas y anaeróbicas estrictas y facultativas.

Las bacterias aeróbicas realizan la respiración a partir del oxígeno que se difunde a través de su membrana celular y que se utiliza directamente en el citoplasma, ya que las bacterias carecen de mitocondrias. Las bacterias anaeróbicas utilizan sustancias diferentes al oxígeno para extraer la energía contenida en aquello de lo que se alimentan. Entre estas sustancias se encuentran compuestos como los sulfatos (SO)=, el dióxido de carbono (CO) y los nitratos (NO)-. Las bacterias anaeróbicas realizan diversos tipos de fermentación: láctica, produciendo ácido láctico; alcohólico, produciendo alcohol etílico; y del ácido propiónico, produciendo dióxido de carbono y ácido propiónico.

Los protistas son generalmente organismos unicelulares que realizan el intercambio gaseoso por difusión a través de su membrana celular y el proceso respiratorio tiene lugar en sus mitocondrias. Existen hongos unicelulares anaeróbicos, como las levaduras, que liberan energía a partir de la fermentación, y hongos pluricelulares aeróbicos, como el champiñón, que liberan energía partir de la respiración aerobia.

RESPIRACIÓN EN PLANTAS

Al igual que los demás seres vivos, las plantas también respiran, para tener energía y utilizarla en la elaboración de alimentos, en el transporte de sustancias y en todas sus demás funciones vitales.

La respiración es un proceso continuo que las plantas realizan tanto de día como de noche. Durante el día, la cantidad de dióxido de carbono que liberan como consecuencia de la respiración es menor que el que consumen durante la fotosíntesis, y el oxígeno que incorporan también es menor al que desprenden. De esta forma, las plantas mantienen el equilibrio de gases con la atmósfera.

Órganos respiratorios en plantas.

Las plantas tienen respiración aeróbica y para ello incorporan oxígeno expulsan dióxido de carbono, a través de estomas, lenticelas y neumatóforos.

  • Estomas

Son pequeños poros por donde se difunde el oxígeno y el dióxido de carbono entre la atmósfera y la planta. Están formados por dos células en forma de labios, llamadas oclusivas, que controlan la apertura y el cierre del estoma de acuerdo con la humedad y la temperatura. Se localizan en el envés de las hojas y en los tallos jóvenes. Además permiten la salida de vapor de agua por transpiración.

Durante el día los estomas permanecen abiertos para permitir la entrada del dióxido de carbono necesario para el proceso fotosintetizador y liberar el oxígeno que se produce. Durante la noche, cuando no hay luz para realizar la fotosíntesis, se cierran para evitar que se pierda hacia el ambiente el dióxido de carbono producido por la respiración, y que es usado en la fotosíntesis. Debido a la alta concentración de oxígeno en la atmósfera, este puede atravesar los poros estomáticos así estén cerrados.

Lenticelas

Las lenticelas son pequeñas estructuras de forma alargada y de color blanco, crema o amarillo que contribuyen con el intercambio gaseoso entre la planta y el ambiente que la rodea. Estas aberturas se encuentran en la superficie de las ramas jóvenes, en las raíces, en los tallos leñosos y semileñosos y en algunos frutos. Están en comunicación con las capas internas del tallo y de los frutos y aseguran la entrada de oxígeno y el intercambio gaseoso entre los tejidos internos y el exterior.

Algunos árboles adultos como el bálsamo o chirraco -Myroxylon bal- samum-, poseen en su tronco grandes y abundantes lenticelas con apariencia de verrugas, que imitan la textura de la piel de un sapo.

RESPIRACIÓN ANIMAL

Como resultado de la nutrición, las células de un organismo, ya sea unicelular o pluricelular, captan nutrientes con dos objetivos claramente establecidos: utilizarlos como materia prima en la construcción y reparación de su cuerpo y producir la energía necesaria para sus actividades. La respiración es el principal mecanismo utilizado por los seres vivos para alcanzar este último objetivo.

La respiración es el proceso mediante el cual la mayoría de seres vivos oxidan los alimentos (es decir, los fragmentan gracias al oxígeno), para liberar la energía que contienen y utilizarla en la realización de sus funciones vitales. Debido a que en este proceso se incorpora oxígeno y se elimina dióxido de carbono, la respiración también se define como el intercambio de gases entre el organismo y su ambiente.

Los organismos del reino animal poseen respiración aeróbica y para realizar el intercambio de gases con el ambiente, cuentan con diferentes adaptaciones que les permiten satisfacer sus necesidades de energía, de acuerdo con su tamaño corporal, hábitat y tipo de actividades realizadas.

La respiración en animales puede ser directa, cutánea, branquial, traqueal y pulmonar. A excepción de la directa, los demás tipos de respiración requieren la participación de órganos respiratorios para el intercambio de gases.

Respiración directa

Es el tipo de respiración en el que el intercambio de gases se produce directamente entre el medio ambiente y las células del organismo, sin la intervención de órganos respiratorios. Gracias a que la concentración de oxígeno es mayor en el medio que al interior del animal, el oxígeno ingresa a través de las membranas de las células que forman su capa exterior por medio de la difusión, forma de transporte a nivel celular que no requiere energía. El dióxido de carbono es expulsado de la misma forma.

Este tipo de respiración es propia de poríferos, cnidarios, platelmintos y nematodos.

Respiración cutánea

La respiración cutánea es otra modalidad de respiración, propia de animales que viven generalmente en el medio acuático. En este tipo de respiración el intercambio gaseoso se realiza a través de la piel. Para que se lleve a cabo de manera efectiva, la piel debe tener las siguientes características:

  • Estar permanentemente húmeda.
  • Ser muy delgada o fina.
  • Estar muy irrigada por conductos o vasos sanguíneos que permiten transportar, por la sangre, el oxígeno a todas las células del cuerpo.

En este tipo de respiración es importante diferenciar el tegumento corporal, que constituye la estructura respiratoria de la piel, por medio de la cual se realiza el intercambio de gases a través de la epidermis.

Cuando la respiración cutánea ocurre en organismos de vida terrestre es fundamental que la piel se mantenga húmeda mediante la secreción de una sustancia especial denominada mucus. Esta sustancia es producida por las células glandulares, intercaladas entre las células cúbicas que componen el tejido epitelial.

La respiración cutánea es frecuente en invertebrados acuáticos, como los moluscos, y en algunos terrestres, como la lombriz de tierra y la sanguijuela. Entre los vertebrados es común en algunos peces como la anguila, y sus larvas, y es muy importante en los anfibios, aunque en este caso, este tipo de respiración no es exclusiva, sino que coexiste con la respiración branquial o pulmonar.

Los anfibios en estado larvario respiran en el interior del agua utilizando branquias y, en su proceso de metamorfosis, al pasar a la edad adulta pierden las branquias y desarrollan pulmones para poder respirar en tierra. Sin embargo, en algunas ocasiones deben volver al agua para la reproducción y la búsqueda de alimento. Entonces se activa la respiración cutánea.

Respiración branquial.

Es el tipo de respiración que se lleva a cabo por medio de las branquias o agallas, estructuras constituidas por una serie de laminillas formadas por dobleces de la piel que contienen muchos vasos sanguíneos, en los que tiene lugar el intercambio gaseoso.

Las branquias se encuentran principalmente en animales acuáticos invertebrados como anélidos, moluscos, crustáceos y equinodermos; así mismo, en animales acuáticos vertebrados como peces y anfibios. También las poseen algunos animales terrestres, como las pulgas de playa y las cochinillas de humedad. Las branquias son extremadamente eficientes y logran extraer más del 80% del oxígeno presente en el agua. De acuerdo con su ubicación en el cuerpo del animal, las branquias pueden ser externas o internas.

Branquias externas

Se encuentran por fuera del cuerpo del organismo. Están formadas por penachos muy plegados de piel que permanecen en contacto con el agua. Se consideran poco complejas y se encuentran principalmente en algunos anélidos, como los poliquetos; moluscos y crustáceos y en los estados larvarios de anfibios e insectos. En algunos peces, las branquias externas solamente están presentes en las larvas, y preceden al desarrollo del aparato branquial del adulto.

Las branquias externas tienen la ventaja de que, con un simple movimiento, facilitan el ingreso del agua. Sin embargo, están expuestas a daños, ya que no tienen protección y pueden atraer fácilmente a los depredadores

Las branquias internas

Son branquias que se encuentran en el interior del cuerpo del organismo. Este tipo de branquias, más o menos complejas, se encuentran en la mayoría de moluscos, crustáceos y peces. Cuentan con una cubierta protectora, y están localizadas en el interior de una región denominada cavidad branquial. Se consideran más complejas que las branquias externas, aunque necesitan de un mecanismo especial para producir el movimiento del agua con la que están en contacto, lo que genera al animal un mayor gasto energético.

Las branquias pueden ser dérmicas o sanguíneas.

Las branquias dérmicas, propias de algunos equinodermos, son numerosas proyecciones dactiliformes (con forma de dedo) muy pequeñas que se encuentran protegidas por espinas, en las cuales se lleva a cabo la respiración. Están conformadas por tres capas: una capa muscular, una capa epidérmica externa y una capa peritoneal interna. Las cavidades internas de estas branquias son huecas, razón por la cual estas se comunican libremente con el celoma, que es la cavidad interna del animal.

Las branquias sanguíneas son características de insectos que habitan en el medio acuático. Estas estructuras poseen hemoglobina y facilitan la respiración de las larvas de algunos insectos.

Respiración traqueal.

La gran mayoría de los animales de gran tamaño y con una alta actividad metabólica poseen superficies de intercambio respiratorio que están ubicadas lejos de muchas de sus células. Por ello, dependen de la circulación de la sangre o de otros fluidos corporales para mover eficientemente los diferentes gases en el interior de sus cuerpos. Sin embargo, un caso especial es el de los insectos que han desarrollado una estrategia respiratoria muy diferente a la de la mayoría de los animales con un metabolismo activo: su respiración traqueal que posee una zona de intercambio cercana a todas sus células. Este tipo de respiración se presenta en artrópodos, como los insectos y algunos grupos de arácnidos.

En la respiración traqueal el cuerpo del organismo es atravesado por un sistema de tubos interconectados y llenos de aire, denominados tráqueas (figura). Son estructuras medianamente rígidas que no se colapsan y que se abren a la atmósfera a través de unos poros llamados espiráculos, situados a lo largo de la pared lateral del cuerpo. Los espiráculos tienen un sistema de apertura y cierre controlado por el sistema nervioso y, además de permitir la entrada y salida de gases, controlan la pérdida de agua.

Las tráqueas penetran en el cuerpo desde cada espiráculo, ramificándose y haciéndose más finas a medida que aumenta la distancia desde los espiráculos. Esto da lugar a unos túbulos muy delgados de pared fina denominados traqueolas que llegan a todos los tejidos y células del animal. Allí es donde se realiza el intercambio gaseoso dado la ausencia de un sistema circulatorio.

El número de espiráculos puede variar desde un único par funcional hasta 10 u 11 pares y se pueden encontrar en el tórax, en el abdomen o en ambos. En la mayoría de los insectos se pueden cerrar mediante los músculos espiraculares. El flujo de gases por la tráquea es unidireccional. En algunos organismos, el oxígeno pasa a la tráquea por difusión y en otros, por un bombeo activo del aire.

Una característica común del sistema respiratorio de todos los insectos es la presencia de unas ampliaciones del sistema traqueal, denominadas sacos aéreos, algunos de los cuales son dilataciones y otros una especie de extremos ciegos de las tráqueas. Dichos sacos se encuentran principalmente en insectos activos, en los que pueden ocupar una gran parte de su volumen corporal.

Respiración pulmonar

Muchos vertebrados terrestres realizan el intercambio de gases por medio de unos órganos internos llamados pulmones.

Veamos cómo ocurre el proceso en cada grupo de animales.

Los anfibios en estado adulto, pueden realizar el intercambio gaseoso a través de la boca, la piel o los pulmones.

El uso de una u otra estructura depende del tipo anfibios y, en algunos casos, se complementan, es decir, si la respiración es principalmente a través de pulmones, en situaciones extremas se puede hacer uso de la piel.

Los anuros, como los sapos, cuando están fuera del agua utilizan principalmente los pulmones para respirar. En este este caso, estos órganos están irrigados por una compleja red de capilares procedentes de las arterias pulmonares y, cuando se realiza el intercambio gaseoso, la sangre retorna por las venas capilares e ingresa al corazón por la aurícula izquierda.

Los pulmones de las ranas son de forma ovoide y en su interior están divididos por una serie de tabiques, que a su vez, se subdividen en unas cámaras llamadas alvéolos. En la figura 15 puedes observar su estructura pulmonar completa.

Reptiles

Los reptiles, como las serpientes y cocodrilos, respiran únicamente por medio de pulmones, los cuales son más desarrollados que los de los anfibios. Estos órganos presentan tabiques o septos que permiten una mayor superficie de intercambio gaseoso y, en consecuencia, hacen más eficiente el proceso.

En algunos reptiles, como la iguana, el aire entra y sale del cuerpo gracias a movimientos musculares de su cuerpo. Los músculos del tórax dilatan la cavidad torácica y dentro de ella disminuye la presión haciendo que el aire pase desde la atmósfera, donde hay mayor presión, a la cavidad torácica donde hay una mayor presión.

Los ofidios, como las serpientes, presentan sólo el pulmón derecho funcional, pues el pulmón izquierdo se encuentra atrofiado. Las tortugas marinas, además de respiración pulmonar, presentan respiración cloacal. Para ello toman el O2 que se halla disuelto en el agua por su cloaca vascularizada.

Aves

Las aves poseen respiración pulmonar, ya que la presencia de pluma les impide la respiración por medio de la piel. Las aves poseen un alto requerimiento energético, razón por la cual, su sistema respiratorio se encuentra especialmente modificado.

Los pulmones de las aves no son sacos ciegos sino conductos por los que circula el aire en un solo sentido. Existen parabronquios en lugar de alvéolos, que son ramificaciones de los bronquios delimitados por tejido conjuntivo en donde se realiza el intercambio gaseoso. Poseen sacos aéreos que se encuentran delante y detrás de los pulmones y funcionan a modo de bombas que garantizan la ventilación de los parabronquios y que hacen posible que todo el oxígeno sea retirado del aire antes de que este abandone el cuerpo.

El aire entra al sistema respiratorio de las aves por medio de las marinas, pequeñas aberturas situadas en la base del pico, desde donde pasa a los sacos aéreos anteriores y de allí a los pulmones, en donde los parabronquios retiran parte del oxígeno del aire. Luego el aire pasa a un segundo sistema de sacos aéreos, denominados sacos aéreos posteriores, en donde, por difusión, el resto del oxígeno del airé entra al sistema circulatorio para ser transportado por todo el cuerpo. Finalmente, el aire ya sin oxígeno, pero rico en dióxido de carbono, es expulsado del cuerpo a través de las narinas. Para impedir que el aire se devuelva existen válvulas.

Se considera que el sistema respiratorio de las aves es el más complejo y eficaz del reino animal. La ventilación de los pulmones puede igualmente servir para eliminar el exceso de calor, ya que la sudoración es imposible a causa de la presencia de las plumas.

Mamíferos

Todos los mamíferos poseen respiración pulmonar y alvéolos, estructuras en las que se realiza el intercambio gaseoso con la sangre. Además, existe un músculo llamado diafragma fundamental para realizar los movimientos que permiten el ingreso del aire inhalación- y la salida del aire -exhalación.

En mamíferos, el sistema respiratorio, además de garantizar el intercambio gaseoso, está relacionado con la temperatura corporal. Permite obtener cantidades altas de oxígeno para quemar la glucosa necesaria en la producción de grandes cantidades de calor.


SISTEMA RESPIRATORIO HUMANO

El sistema respiratorio humano es el conjunto de órganos y estructuras que se encargan de incorporar el oxígeno presente en el aire y de eliminar el dióxido de carbono del cuerpo. El oxígeno es fundamental para que en las mitocondrias de nuestras células se pueda liberar la energía contenida en los nutrientes que obtenemos de los alimentos.

El sistema respiratorio humano posee eficientes adaptaciones para realizar el intercambio de gases entre el medio y las células del cuerpo: unas vías respiratorias y un par de pulmones. Los movimientos respiratorios permiten:

  • El desplazamiento del aire hacia las estructuras encargadas de realizar el intercambio gaseoso
  • La difusión del oxígeno hacia la sangre a través del sistema circulatorio.
  • El transporte de oxigeno presente en la sangre hasta cada tejido y célula del cuerpo.
  • La difusión del oxígeno desde la sangre hacia las células, donde se lleva a cabo el proceso respiratorio celular.

Anatomía y fisiología

El sistema respiratorio humano está conformado por las vías respiratorias y los pulmones.

Vías respiratorias

Son conductos a través de los cuales se desplaza el aire hacia los pulmones. Sus paredes están tapizadas con una delgada membrana de células epiteliales cubiertas con miles de cilios, entre las cuales se encuentran células especializadas en la producción de un fluido pegajoso llamado moco. Esta sustancia atrapa bacterias, polvo y todo tipo de agentes perjudiciales que hay en el ambiente, para evitar que lleguen a los pulmones. Los cilios se mueven llevando el moco hacia afuera de la nariz o hacia la faringe; allí es tragado y llevado al estómago, luego es destruido por los jugos digestivos, y finalmente eliminado del cuerpo.

Las vías respiratorias también humedecen e incrementan la temperatura del aire a medida que pasa a través de ellas, ya que, bajo su superficie, se encuentran una extensa red de capilares que le transfiere calor desde la sangre.

Las vías respiratorias están compuestas por la nariz, las fosas nasales, la faringe, la laringe, la tráquea y los bronquios.

Nariz: es una estructura ubicada en la parte media de la cara, conformada por huesos y cartílago duro y recubierto externamente por piel. Corresponde a la parte inicial del tracto respiratorio que permite el ingreso de aire.

Fosas nasales: son dos cavidades separadas por un tabique, tapizadas internamente por una membrana ciliada denominada mucosa, que segrega el mucus o moco nasal. Esta membrana, es rica en vasos sanguíneos, también se denomina mucosa roja o pituitaria roja, para diferenciarla de la mucosa amarilla o pituitaria amarilla, que permite la percepción de los olores. Las fosas nasales humectan, calientan y limpian el aire que ingresa al cuerpo.

Tráquea: es un conducto hueco, flexible, aplanado hacia atrás y con una longitud aproximada de 11 cm, que se encuentra situado a la altura del cuello y el esternón en contacto con el esófago. Sus paredes están formadas por veinte anillos cartilaginosos, incompletos en la parte posterior, donde están reforzados por anillos musculares. Estos anillos le permiten permanecer abierta tanto durante la entrada de aire-inhalación- como durante la salida del aire - exhalacion-. La tráquea se origina en la base de la laringe y termina dividiéndose en dos estructuras llamadas BRONQUIOS. Se encarga de recibir el aire que viene de la laringe, para pasarlo a los bronquiolos.

Faringe: es una estructura de 12 a 15 cm de longitud, de forma tubular y que se encuentra recubierta por una mucosa. La faringe es un órgano de función mixta que une el sistema respiratorio con el sistema digestivo. En ella se encuentra la epiglotis, estructura cartilaginosa que permite que el aire pase a la laringe y que a la vez, impide que los alimentos lleguen a la tráquea ya que se dobla hacia atrás cuando tragamos un bocado.

Laringe: es un órgano tubular de 3 a 4 cm de longitud que se encuentra ubicado en la parte anterior del cuello. Está formada por cartílagos y músculos articulados entre si y tapizados por una mucosa con repliegues de tejido epitelial. En ella se encuentran las cuerdas vocales, membranas que vibran al pasar el aire durante la espiración y que permiten la emisión de sonidos. La laringe conecta la faringe con la tráquea y ayuda a evitar el paso de los alimentos con el reflejo de tos.

Bronquios: son dos conductos que provienen de la tráquea y penetran en los pulmones. Allí se subdividen progresivamente formando el árbol bronquial. Cada una de sus ramificaciones va disminuyendo su calibre (grosor), hasta constituir los bronquiolos. Estos penetran una sección el tejido pulmonar llamada bronquiolos terminales y finalmente, en bronquiolos respiratorios. Los bronquiolos respiratorios culminan finalmente en los alveolos pulmonares, lugar donde tiene lugar el intercambio gaseoso entre el sistema respiratorio y el sistema circulatorio.

Los pulmones: Los pulmones son dos órganos esponjosos y en forma de cono que se encuentran dentro de la cavidad torácica, resguardada por las costillas y a ambos lados del corazón. Están separados, uno del otro, por una estructura denominada mediastino. El pulmón derecho pesa en promedio 600 gramos y el izquierdo cerca de 500 gramos; ambos miden entre 25 y 30 cm de largo, aunque estos datos varían un poco, dependiendo del sexo y de la cavidad torácica que ocupen. Su color también varía: son rosados en los niños, con zonas oscuras distribuidas por toda el área del pulmón en adultos y con grandes zonas negras en los fumadores. Esto se atribuye a la exposición e inhalación de aire con partículas contaminantes, especialmente carbón.

El pulmón derecho tiene tres divisiones o LÓBULOS-superior, medio e inferior-, y es un poco más grande que el pulmón izquierdo, el cual tiene dos lóbulos- superior e inferior-, esto se debe a que el corazón tiene una ligera inclinación hacia la izquierda y de atrás hacia adelante, que hace que su punta inferior, denominada el ÁPEX, se ubique en el pulmón, lo que ocasiona una reducción en el volumen de dicho pulmón.

Los pulmones están cubiertos por una membrana elástica formada por dos capas de tejido conectivo llamada pleura. La capa más externa o pleura parietal recubre el diafragma y a la parte interior de la caja torácica, y la capa más interna o pleura visceral se adhiere a los pulmones. Entre ambas capas existe una pequeña cantidad unos 15 cc- de un líquido lubricante denominado líquido pleural. Estas membranas se deslizan una sobre otra, cuando los pulmones se dilatan o contraen para protegerlos del roce generado por la respiración y de esta forma facilitar su movimiento.

Las dos ramificaciones de la tráquea, llamadas bronquios, se subdividen dentro de los lóbulos en otras más pequeñas y estas a su vez en conductos aéreos aún más pequeños. Terminan en minúsculos saquitos de aire o alvéolos, los cuales se encuentran rodeados por una densa capa de capilares sanguíneos. Cuando los alvéolos se llenan de aire inhalado, el oxígeno se difunde hacia la sangre de los capilares, que es bombeada por el corazón hasta los tejidos del cuerpo. El dióxido de carbono se difunde desde la sangre hacia los pulmones, desde donde es exhalado.

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